El templo Parroquial dedicado a
Nuestra Señora del Consuelo, finalizó su construcción con el alentador trabajo
del párroco Juan Bautista Cremades Peiró
y recibió la bendición del canónigo de la catedral de Valencia, José Beneyto, hijo de Altea, en 18 de Septiembre de 1910.
Esta
iglesia se encuentra en el culmen del cerro que envuelve altea, con sus
características casas bajas y encaladas, y sus majestuosas calles empedradas
características del trazado árabe. A la Iglesia se accede desde una escalinata
que sube a una enorme puerta bajo un dintel con la imagen de Nuestra Señora del
Consuelo, titular del templo. Frente a la simplicidad arquitectónica que aparenta
exteriormente, el templo oculta en su interior un gran tesoro del neobarroco
que hacen al mismo algo digno de visitar, su inmaculado y dorado interior con
el sobrio exterior del cual, su principal característica, son sus dos hermosas y
llamativas cúpulas que se alzan sobre el templo. La Iglesia, tiene una factura
moderna, de principios del siglo XX pero anclada en un pasado mucho más lejano
y que remanece del lejano siglo XVII.
En
aquella época, era una parroquia muchísimo más reducida hasta que se cerró al
culto en 1893 por su estado de deterioro y en 1900 se comenzó la edificación de
la actual planta. Una planta de salón, con capillas laterales en las que se alzan
distintos retablos con titulares diversos. El altar mayor se alza hacía el este
con una columnata de color rosácea entre el cual se aprecia un icono del Cristo
y sobre él la imagen de Nuestra Señora. Lo circunda un pasillo circular a dos
alturas con bóveda de cañón y tres arcadas a cada lado en medio de las cuales
se alzan columnas que soportan la bóveda de media naranja que cubre el ara. A
sus pies podemos contemplar imágenes a tamaño natural de los apóstoles.
Tras
su reforma se retranquea la fachada y se afianzan las paredes y columnas. Para
entonces ya se habría construido la segunda cúpula, de menor tamaño que da
cobertura a la capilla lateral. Dada la expansión modernista que sacudía el
levante español en aquella época se incorporarían determinados elementos característicos
cómo las tejas de cerámica que dan un aire dinámico al tejado, figuras como la
forma de la espina dorsal de un dragón y caballetes en formas caprichosas.
Gracias a sus dos esplendidas cúpulas que
deleitan la vista de todo turista, además de ser por excelencia el emblema
alteano, son llamadas "las cúpulas del Mediterráneo" por su belleza y
esplendor.
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